Qué es la gestión del aula
El aprendizaje activo es aquel en el que se utilizan métodos interactivos que mejoran el aprendizaje al permitir a los alumnos participar en el proceso. Por el contrario, el aprendizaje pasivo es aquel en el que los alumnos son responsables de captar todo lo que se les presenta.
Mientras que en el aprendizaje pasivo hay que esperar a que se le dé la dirección, la instrucción o la información del instructor, en el aprendizaje activo se buscan diferentes métodos para aumentar la participación en el proceso de aprendizaje. Esto significa que, en el aprendizaje pasivo, se te proporciona información y tú simplemente haces lo que se te indica, ya sea por escrito o de forma oral. En cambio, en el aprendizaje activo, participas plenamente en el proceso de aprendizaje.
El aprendizaje es un proceso continuo en el que se producen cambios esenciales en el comportamiento del alumno debido a las experiencias, ya sean directas o indirectas. Sin embargo, el aprendizaje no significa necesariamente la mejora o el desarrollo del individuo en la dirección correcta. Se caracteriza por:
Cuál es el mejor estilo de gestión del aula
Los alumnos aportan sus propias personalidades y talentos al aula, lo que crea un entorno dinámico y social. Esto es estupendo para el aprendizaje colaborativo y la mejora de las habilidades sociales; sin embargo, se necesitan buenas estrategias de gestión del aula para garantizar el éxito del aprendizaje.
Las estrategias eficaces de gestión del aula implican la organización, el fomento de las buenas relaciones de trabajo y una actitud disciplinada pero agradable. No obstante, decidir qué técnicas utilizar puede ser difícil, ya que cada alumno y cada clase son únicos. Echa un vistazo a este surtido de las mejores estrategias de gestión del aula para inspirar tu enseñanza.
Establecer una rutina de clase distinta con sus alumnos les ayuda a saber exactamente qué esperar. La capacidad de anticipar la estructura de tus clases y las expectativas que tienes puede cultivar un ambiente de trabajo productivo.
Esto no significa implantar un régimen estricto, sino simplemente una estructura clara para sus clases que los alumnos puedan seguir fácilmente. Una vez establecido esto, añadir actividades divertidas de forma espontánea puede ser una gran herramienta de motivación.
Gestión autoritaria del aula
Mi proyecto sabático de primavera 2018 consistió en estudiar técnicas e ideas de gestión del aula. El resultado fue un conjunto de documentos y recursos que pongo aquí en formato de blog para compartirlo fácilmente con mis colegas y cualquier otro interesado.
Quería comprender en profundidad la idea de la gestión del aula. Me ayudó empezar con la idea básica de que un aula es un lugar donde los profesores y los alumnos se reúnen con el propósito de aprender. Lo ideal es que todos los implicados estén allí con buenas actitudes y comportamientos, y con ganas de aprender. El profesor presenta la lección, los alumnos absorben el material y todo va bien. Sin embargo, este ideal no siempre se consigue.
La gestión del aula, por tanto, consiste en técnicas y actitudes «mediante las cuales un profesor controla el entorno de su aula para que el aprendizaje de los alumnos prevalezca porque el mal comportamiento de los alumnos se minimiza y redirige de forma eficaz.» (estrategias de gestión del cpi)
En otras palabras, el objetivo principal de la gestión del aula es crear el aula ideal a través de los esfuerzos del profesor y la formación de los alumnos. Una ventaja que deduzco es que cuando los alumnos experimentan un aula bien gestionada, es más probable que cooperen en la creación de otra, ayudando así a sus futuros profesores y compañeros.
გამოხმაურება
Para responder a la ira y la agresividad, debemos identificar qué fase de la agresión está mostrando el alumno y cuál es su desencadenante. Esto nos permite elaborar un plan de acción para abordar el problema.
Hay cuatro etapas de la ira. Para que el alumno aprenda a gestionar su propia ira, hay que enseñarle las cuatro etapas, ayudarle a hablar de sus sentimientos y a identificar por sí mismo la etapa de ira que experimenta.
Para que los alumnos hablen de sus sentimientos e identifiquen sus propias etapas de la ira, puede ser útil, especialmente con niños pequeños o alumnos con problemas de aprendizaje, utilizar una metáfora con la que estén familiarizados, como la de un volcán, que puede presentarse en forma de póster, que puede guardarse en el aula y consultarse siempre que los alumnos muestren los signos de la ira.
Una vez que se haya trabajado con esto, se puede enseñar a los alumnos métodos que podrían utilizar para responder a las situaciones, o a los desencadenantes, que les hacen enfadarse. El trabajo conjunto con el alumno le permite aprender a gestionar su ira, lo cual es más constructivo que responder con más agresividad o con pasividad. Puedes hablar con ellos sobre los siguientes puntos e, idealmente, hacerles participar en un debate: