Hay cosas que sólo se consiguen ayunando y rezando kjv
16 Y lo llevé a tus discípulos, y no pudieron curarlo. 17 Entonces Jesús respondió y dijo: Oh generación incrédula y perversa, ¿hasta cuándo estaré con vosotros? 18 Y Jesús reprendió al demonio, y se apartó de él; y el niño quedó curado desde aquella misma hora. 19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús aparte, y le dijeron: ¿Por qué no pudimos expulsarlo? 20 Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate a otro lugar, y se pasará; y nada os será imposible. 21 Pero este tipo no sale sino con oración y ayuno.
¿Por qué los creyentes tienen que orar y ayunar para poder expulsar ciertas clases de demonios? ¿De qué manera la oración y el ayuno del creyente contribuyen al resultado? No basta con el poder del Espíritu Santo?
En el γένος de todos los demonios está implícito todo su universo, como dice la interpretación tradicional. Por ejemplo, si veo a un tenista culpando a todos y a todo menos a sí mismo por haber perdido un partido, puedo decir: «Esta tribu siempre encuentra la culpa en los demás, no en sí misma», me referiré en «esta tribu» a todos los tenistas sin excepción, y sé que tengo razón, siendo yo también uno de esa tribu. En efecto, Jesús tiene autoridad para expulsar a todos los demonios con un parpadeo, y ha dado esta misma autoridad a sus discípulos para que también puedan expulsar a todos los demonios vicariamente, pues de lo contrario Jesús no habría reprendido a sus discípulos por su falta de fe y por no expulsar al demonio del niño (Marcos 9:19).
Mateo 17:21
Es cierto que algunas personas tienen más medida de fe que otras. Algunos tienen fe como una semilla de manzana, otros tienen fe como un hueso de melocotón, y algunos tienen la medida más pequeña de fe como una semilla de mostaza. Pero realmente no importa mucho porque incluso si tienes fe como una semilla de mostaza, ¡todavía tienes suficiente para mover montañas! Entonces algunos pueden preguntar, «¿Cuál es el problema? ¿Por qué no he visto que las montañas en mi propia vida se aparten de mi camino?».
Consideremos el contexto del versículo en el que Jesús habló de la fe que mueve montañas. La historia se encuentra en Mateo 17:14-21. Un hombre con un hijo endemoniado había acudido a los discípulos de Jesús en busca de ayuda, pero al no poder expulsar a los espíritus malignos, le preguntaron a Jesús por qué no habían tenido éxito. Él les dijo: «Por vuestra incredulidad» (v. 20). Esta es una explicación muy clara y precisa que Jesús reiteró al continuar diciendo: «Porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Quítate de allí y se irá, y nada os será imposible» (v. 20). Hasta aquí todo parece muy sencillo. Pero la sencillez y la claridad de esta afirmación se ven ensombrecidas por la confusión de las siguientes palabras que pronunció Jesús: «Pero este género no sale sino con oración y ayuno» (v. 21).
Marcos 9:29
«Entonces los discípulos se acercaron a Jesús aparte, y le dijeron: ¿Por qué no pudimos expulsarlo? Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate a otro lugar, y se irá; y nada os será imposible. Pero este tipo no sale sino con oración y ayuno» -Mateo 17:19-21.
«Cuando entró en la casa, sus discípulos le preguntaron en privado: ¿Por qué no pudimos expulsarlo? Y él les dijo: Este género no puede salir por nada, sino por la oración y el ayuno» -Marco 9:28, 29.
Pongan estos dos textos juntos por esta razón. Los que conocen la Versión Revisada saben que el versículo 21 del capítulo 17 de Mateo se omite. Parece haber pocas dudas de que fue insertado en ciertas copias por personas que pensaron que debía estar allí porque estaba en la narración de Marcos. Está en el margen de la versión revisada, pero no está en el texto. Por lo tanto, es muy satisfactorio encontrar que la omisión del relato de Mateo no hace ninguna diferencia real, porque tenemos las palabras en el verso 29 del 9 de Marcos: «Este tipo no puede salir por nada, sino por la oración y el ayuno». Sólo hay que notar este hecho, en la Versión Revisada este verso dice, según Marcos, «Este tipo no puede salir por nada, sino por la oración». No puedo decir si el ayuno estaba originalmente allí, o no; pero juntando los dos relatos de Mateo y Marcos, creemos que tenemos un informe completo y verdadero de lo que el Maestro dijo realmente en esta ocasión.
Expulsar a los demonios con la oración y el ayuno pdf
Aunque la conexión entre la oración y el ayuno no se explica específicamente en las Escrituras, un hilo común que conecta ambos parece atravesar todos los casos de oración y ayuno registrados en la Biblia. En el Antiguo Testamento, parece que el ayuno con la oración tenía que ver con un sentimiento de necesidad y dependencia, y/o de abyecta impotencia ante una calamidad real o prevista. La oración y el ayuno se combinan en el Antiguo Testamento en tiempos de luto, arrepentimiento y/o profunda necesidad espiritual.
El primer capítulo de Nehemías describe a Nehemías orando y ayunando, debido a su profunda angustia por la noticia de que Jerusalén había sido desolada. Sus muchos días de oración se caracterizaron por las lágrimas, el ayuno, la confesión en nombre de su pueblo y las súplicas a Dios por misericordia. Tan intensa era la efusión de sus preocupaciones que es casi inconcebible que pudiera «tomarse un descanso» en medio de tanta oración para comer y beber. La devastación que sufrió Jerusalén también impulsó a Daniel a adoptar una postura similar: «Entonces me dirigí al Señor Dios y le supliqué en oración y ruego, en ayuno y en cilicio y ceniza» (Daniel 9:3). Al igual que Nehemías, Daniel ayunó y oró para que Dios tuviera misericordia del pueblo, diciendo: «Hemos sido impíos y nos hemos rebelado; nos hemos apartado de tus mandatos y de tus leyes» (v. 5).