El origen de las clases sociales

Clase alta inglesa

El objetivo de este estudio era investigar el papel de la movilidad intergeneracional relacionada con la salud a la hora de explicar las desigualdades de clase social en el alcoholismo entre los hombres jóvenes. Se recogieron datos sobre la clase social de origen y sobre los factores de riesgo en la infancia y la adolescencia, por ejemplo, el consumo de riesgo de alcohol, de 49.323 hombres, nacidos en 1949-51, en el momento del alistamiento para la formación militar obligatoria en 1969/70. La información sobre la clase socioeconómica alcanzada se obtuvo del censo sueco de 1975. Los datos sobre diagnósticos de alcoholismo se recogieron del registro nacional de atención hospitalaria 1976-83. Se observó que los indicadores de riesgo de alcoholismo establecidos en la adolescencia eran más frecuentes entre los individuos con movilidad descendente, y también entre los trabajadores manuales estables, que entre los que acabaron como empleados no manuales. Los individuos con movilidad descendente, y también los trabajadores manuales estables, también presentaban un mayor riesgo de diagnóstico de alcoholismo. El aumento del riesgo relativo podría atribuirse, en gran medida, a factores de la infancia/adolescencia. En este estudio longitudinal, se demuestra que la movilidad social intergeneracional asociada a factores relacionados con la salud, aunque no con la enfermedad en sí, contribuyó en gran medida a explicar las diferencias de alcoholismo entre clases sociales. Los factores establecidos en la adolescencia fueron importantes en relación con las diferencias de alcoholismo entre clases sociales entre los adultos jóvenes. Pero tales condiciones adversas no parecían reflejarse bien en la clase social de origen.

Las clases sociales a lo largo de la historia

Resumen A pesar de ciertas deficiencias, el libro del Prof. LANDTMAN ocupará un lugar permanente en la literatura antropológica como enciclopedia de hechos y teorías sobre temas tales como la primera diferenciación de la sociedad según la edad, el sexo y la personalidad; el papel de la riqueza, la habilidad manual y la eficiencia comercial en la creación de la estratificación primitiva; la cuestión de las primeras fases del sacerdocio, en sus aspectos dogmáticos, sociales y rituales. Los capítulos sobre la esclavitud son valiosos como resumen de trabajos más antiguos, complementados con pruebas recientes. En las dos últimas divisiones, el libro trata brevemente de la génesis de la nobleza y de los orígenes del gobierno.The Origin of the Inequality of the Social ClassesPor el profesor Gunnar Landtman. Pp. xvi + 444. (Londres: Kegan Paul and Co., Ltd., 1938.) 21s. neto.

Sistema de clases

En la antigua Roma, los ricos patricios dirigían el imperio. Los plebeyos, de segunda clase, trabajaban en las granjas, cocían el pan y construían las murallas. El resto de la mano de obra -un tercio de la población romana- eran esclavos.

Tristemente, la historia de la humanidad está entrelazada con la desigualdad. La mayoría de las primeras civilizaciones, como la sumeria, la egipcia y la harapia, tenían clases sociales, estratos de desigualdad en los que unos estaban mejor situados que otros. Sin embargo, durante mucho tiempo se ha dado por sentado que antes de los imperios ateniense y romano -que surgieron hace casi 2.500 y más de 2.000 años, respectivamente- la estructura social humana era relativamente sencilla: estaban los que tenían poder y los que no. Un estudio publicado el jueves en Science sugiere que no era tan sencillo. Hace 4.000 años, a principios de la Edad de Bronce y mucho antes de que Julio César presidiera el Foro, las familias humanas de distintos niveles de estatus mantenían relaciones bastante íntimas. Las élites convivían con las de clases sociales inferiores y con las mujeres que emigraban desde comunidades ajenas. Parece que las primeras sociedades humanas funcionaban en un complejo sistema de clases que se propagaba de generación en generación.

¿Por qué se desarrollaron las clases sociales en las civilizaciones?

Los profundos cambios económicos que asolaron Estados Unidos condujeron a transformaciones sociales y culturales igualmente importantes. La formación de clases diferenciadas, especialmente en el Norte en rápida industrialización, fue uno de los acontecimientos más sorprendentes. La desigual distribución de la riqueza recién creada provocó nuevas divisiones de clase. Cada clase tenía su propia cultura y sus propias opiniones sobre la cuestión de la esclavitud.

Las élites económicas adquirieron mayor ascendencia social y política en Estados Unidos gracias a una economía en rápido crecimiento que aumentó su riqueza y permitió el desarrollo de características sociales y culturales distintivas entre los distintos grupos económicos. En las principales ciudades del norte, Boston, Nueva York y Filadelfia, los principales comerciantes formaban una élite capitalista industrial. Muchos de ellos procedían de familias que habían estado muy implicadas en el comercio colonial de té, azúcar, pimienta, esclavos y otras mercancías y que conocían las redes comerciales que conectaban Estados Unidos con Europa, las Indias Occidentales y Extremo Oriente. Estos comerciantes coloniales habían transmitido su riqueza a sus hijos.