Deontología
La ética de la virtud es un término amplio que designa las teorías que hacen hincapié en el papel del carácter y la virtud en la filosofía moral, en lugar de cumplir con el deber o actuar para provocar buenas consecuencias. Un ético de la virtud probablemente le dará este tipo de consejo moral: «Actúa como lo haría una persona virtuosa en tu situación».
La mayoría de las teorías de la ética de la virtud se inspiran en Aristóteles, quien declaró que una persona virtuosa es alguien que tiene rasgos de carácter ideales. Estos rasgos derivan de tendencias internas naturales, pero necesitan ser alimentados; sin embargo, una vez establecidos, se volverán estables. Por ejemplo, una persona virtuosa es alguien que es amable en muchas situaciones a lo largo de su vida porque ese es su carácter y no porque quiera maximizar la utilidad o ganar favores o simplemente cumplir con su deber. A diferencia de las teorías deontológicas y consecuencialistas, las teorías de la ética de la virtud no pretenden principalmente identificar principios universales que puedan aplicarse en cualquier situación moral. Y las teorías de la ética de la virtud se ocupan de cuestiones más amplias: «¿Cómo debo vivir?», «¿Qué es la vida buena?» y «¿Cuáles son los valores familiares y sociales adecuados?».
Virtudes
InicioFilosofía¿Cuáles eran las cuatro virtudes cardinales de Aristóteles? Cuatro virtudes cardinales constituyen el eje del complejo y profundo sistema ético de Aristóteles: la prudencia, la justicia, la templanza y el valor. 4 de mayo de 2022 – Por Henry Summers, Licenciado en Filosofía
¿Qué significa ser una buena persona? Las respuestas a esta pregunta varían de un lugar a otro, de una época a otra y de una cultura a otra. Pero lo más probable es que las respuestas sean más o menos las mismas: una buena persona es amable, valiente, honesta, sabia, responsable. . . Este tipo de respuestas implican una filosofía moral específica: la ética de la virtud. La ética de la virtud, aunque deja un lugar para las reglas, las leyes, las consecuencias y los resultados, se centra principalmente en las cualidades internas del individuo. Uno de los más famosos defensores de la ética de la virtud en la historia de la filosofía fue el famoso filósofo griego Aristóteles, maestro de Alejandro Magno. Sus teorías éticas entraron en la corriente del pensamiento occidental sobre todo a través de escolásticos como Tomás de Aquino, y aún hoy influyen en algunos filósofos morales y políticos, como Alasdair MacIntyre.
Ética de la virtud
Este artículo utiliza de forma acrítica textos de una religión o sistema de fe sin hacer referencia a fuentes secundarias que los analicen críticamente. Por favor, ayude a mejorar este artículo añadiendo referencias a fuentes secundarias fiables, con múltiples puntos de vista. (Mayo de 2016) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de la plantilla)
La virtud (latín: virtus) es la excelencia moral. Una virtud es un rasgo o cualidad que se considera moralmente buena y, por tanto, se valora como fundamento de los principios y del buen ser moral. En otras palabras, es un comportamiento que muestra un alto nivel moral: hacer lo que está bien y evitar lo que está mal. Lo contrario de la virtud es el vicio. Otros ejemplos de esta noción son el concepto de mérito en las tradiciones asiáticas, así como el De (chino 德). Los cuatro brahmavihara («estados divinos») del budismo pueden considerarse virtudes en el sentido europeo[1][2].
Los antiguos romanos utilizaban la palabra latina virtus (derivada de vir, su palabra para hombre) para referirse a todas las «excelentes cualidades de los hombres, incluyendo la fuerza física, la conducta valerosa y la rectitud moral». Las palabras francesas vertu y virtu proceden de esta raíz latina. En el siglo XIII, la palabra virtud fue «prestada al inglés»[3].
Significado de la virtud
MétodoLos encuestados (véase la Tabla 1) fueron 2.908 estudiantes universitarios de 14 países: Austria 276; República Checa 231; Francia 216; Alemania 220; Hong Kong 101; India 152; Malasia 211; México146; Noruega 187; Polonia 163; Reino Unido 149; España 184; y Países Bajos 371. Las principales religiones eran: ninguna, 41,5%; católica romana, 25,1%; protestante, 12,6%; musulmana, 7,5%; hindú, 5,2%; budista, 2,4%; otras, 4,9%; sin datos, 7,9%. La edad media era de 23,6 años (DE = 7,04) y el 38% eran hombres. La mayoría de los estudiantes fueron abordados por el investigador nacional en varias facultades durante los descansos de las clases, o en las zonas de recreo de los campus universitarios.Tabla 1
Imagen a tamaño completoSi bien se puede hacer una comparación entre los encuestados masculinos y femeninos porque teníamos un número considerable de encuestados masculinos y femeninos de cada nación, la religión está fuertemente confundida con la nación. La única comparación realista en cuanto a la religión puede hacerse entre los encuestados no religiosos (N = 1073) y los católicos (N = 650), porque forman los grupos más numerosos y están repartidos por todas las naciones. Como muestra el gráfico 4, las diferencias entre ambos grupos son en general muy pequeñas. Por razones obvias, los encuestados no religiosos consideran que la fe es menos importante que los católicos. La única diferencia sustancial es la misericordia. Los encuestados no religiosos la consideran más importante que los católicos.Figura 4