Cuales son las clases de vacunas

Ejemplos de vacunas inactivadas

Los bebés nacen protegidos contra algunas enfermedades porque sus madres les transmiten anticuerpos (proteínas fabricadas por el organismo para combatir enfermedades) antes de nacer. Los bebés amamantados siguen recibiendo más anticuerpos en la leche materna. Pero en ambos casos, la protección es temporal.

La inmunización (vacunación) es una forma de crear inmunidad a (protección frente a) algunas enfermedades. A veces se hace utilizando pequeñas cantidades de un germen muerto o debilitado que causa la enfermedad. Otras veces, la vacuna es simplemente un pequeño fragmento del germen, como una proteína o un fragmento de su material genético.

Los gérmenes pueden ser virus (como el virus del sarampión) o bacterias (como el neumococo). Las vacunas estimulan el sistema inmunitario para que reaccione como si se tratara de una infección real. Se defiende de la «infección» y recuerda el germen. Así, puede combatir el germen si entra en el organismo más adelante.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños reciban vacunas combinadas (en lugar de vacunas individuales) siempre que sea posible. Muchas vacunas se ofrecen combinadas para ayudar a reducir el número de inyecciones que recibe un niño.  Esto ha demostrado ser muy seguro. Desde el día en que nace un bebé, su sistema inmunitario está expuesto a innumerables gérmenes cada día. Unas pocas más en una vacuna combinada son muy fáciles de manejar para el sistema inmunitario.

Vacunas vivas atenuadas

Existen cuatro categorías de vacunas en ensayos clínicos: virus completo, subunidad proteica, vector viral y ácido nucleico (ARN y ADN). Algunas de ellas intentan introducir el antígeno de contrabando en el organismo, otras utilizan las propias células del cuerpo para fabricar el antígeno vírico.

Muchas vacunas convencionales utilizan virus enteros para desencadenar una respuesta inmunitaria. Hay dos enfoques principales. Las vacunas vivas atenuadas utilizan una forma debilitada del virus que aún puede replicarse sin causar enfermedad. Las vacunas inactivadas utilizan virus cuyo material genético ha sido destruido, de modo que no pueden replicarse, pero sí desencadenar una respuesta inmunitaria. Ambos tipos utilizan tecnología y vías de aprobación reglamentaria bien establecidas, pero las vivas atenuadas pueden provocar enfermedades en personas con sistemas inmunitarios débiles y a menudo requieren un almacenamiento en frío cuidadoso, lo que dificulta su uso en países con pocos recursos. Las vacunas de virus inactivados pueden administrarse a personas con sistemas inmunitarios debilitados, pero también pueden requerir almacenamiento en frío.

Las vacunas de subunidades utilizan trozos del patógeno -a menudo fragmentos de proteínas- para desencadenar una respuesta inmunitaria. Esto minimiza el riesgo de efectos secundarios, pero también significa que la respuesta inmunitaria puede ser más débil. Por eso suelen necesitar adyuvantes, para ayudar a potenciar la respuesta inmunitaria. Un ejemplo de vacuna de subunidades existente es la vacuna contra la hepatitis B.

Lista de vacunas vivas

Para entender cómo funcionan las vacunas y el fundamento de las recomendaciones para su uso, es útil comprender la función básica del sistema inmunitario humano. La siguiente descripción es simplificada; muchos excelentes libros de texto de inmunología proporcionan detalles adicionales.

La inmunidad es la capacidad del cuerpo humano para tolerar la presencia de material autóctono y eliminar sustancias extrañas. Esta capacidad discriminatoria para eliminar sustancias extrañas la lleva a cabo un complejo sistema de células que interactúan entre sí denominado sistema inmunitario. Dado que la mayoría de los organismos (por ejemplo, bacterias, virus y hongos) se identifican como extraños, la capacidad de identificar y eliminar estas sustancias proporciona protección frente a las enfermedades infecciosas. La inmunidad suele ser específica de un único organismo o grupo de organismos estrechamente relacionados.

Las respuestas inmunitarias más eficaces suelen producirse en respuesta a antígenos presentes en un organismo vivo. Sin embargo, un antígeno no tiene que estar necesariamente presente en un organismo vivo para producir una respuesta inmunitaria. Algunos antígenos, como el antígeno de superficie de la hepatitis B, son fácilmente reconocidos por el sistema inmunitario y producen una protección adecuada aunque no estén presentes en el virus de la hepatitis B vivo. Otros son antígenos menos eficaces, y la respuesta inmunitaria que producen puede no proporcionar una buena protección.

¿Cuáles son los 5 tipos de vacunas?

Las vacunas pueden dividirse en varios tipos, pero en última instancia funcionan según el mismo principio. Se trata de estimular la respuesta inmunitaria para que reconozca un patógeno (un organismo causante de una enfermedad) o parte de un patógeno. Una vez que el sistema inmunitario ha sido entrenado para reconocerlo, si el cuerpo se expone posteriormente al patógeno, éste será eliminado del organismo. En concreto, el sistema inmunitario reconoce «antígenos» extraños, partes del patógeno en la superficie o en el interior del patógeno, que normalmente no se encuentran en el organismo.

El método más antiguo y conocido de vacunación consiste en utilizar el agente patógeno completo en una vacuna para producir una respuesta inmunitaria similar a la observada durante una infección natural. Utilizar el patógeno en su estado natural provocaría una enfermedad activa y podría ser peligroso para el individuo que la recibiera, además de suponer un riesgo de propagación de la enfermedad a otras personas. Para evitarlo, las vacunas modernas utilizan patógenos que han sido alterados.

Las vacunas vivas atenuadas contienen bacterias o virus enteros que han sido «debilitados» (atenuados) para que generen una respuesta inmunitaria protectora pero no causen enfermedad en personas sanas.  En la mayoría de las vacunas modernas, este «debilitamiento» se consigue mediante la modificación genética del patógeno, ya sea un fenómeno natural o una modificación introducida específicamente por los científicos.