Después de la graduación, no se convierte automáticamente en un profesor e instructor experimentado en todos los sentidos. Sin embargo, hay muchas cosas que puede hacer para ayudarlo a lidiar con el estrés inicial de un nuevo trabajo en la escuela. A continuación, enumeramos algunos consejos para que los maestros y educadores jóvenes establezcan la dirección correcta para su trabajo futuro.
1. Comunicarse
Aunque la proporción de maestros y educadores jóvenes es baja, existen muchas comunidades de profesionales en la educación preescolar, escolar, secundaria y superior. En muchas ciudades hay grupos de profesores jóvenes, y en las grandes ciudades están representados por distritos… Sea activo y encuentre una comunidad de este tipo en su ciudad. Interactuar con otros profesionales le dará energía y le motivará.
2. Haga amigos
En el trabajo, trate de formar relaciones sólidas y positivas con otros maestros y personal. Tómese el tiempo para conocer mejor a sus colegas y comprender la cultura organizacional de su nuevo lugar de trabajo. Si la cultura organizacional en el trabajo es baja, tome pequeños pasos para crear un entorno en el que los maestros se apoyen entre sí. Muestre con el ejemplo que la comunicación respetuosa y solidaria conduce a un gran éxito.
3. Observa
La observación es probablemente la mejor herramienta del educador. Para los maestros y educadores, la observación sirve para varios propósitos vitales, incluida la capacidad de rastrear el crecimiento y desarrollo de los estudiantes, y decidir si cambiar o modificar el ambiente de aprendizaje y el plan de estudios. Al observar a los alumnos y estudiantes, aprenderá de lo que son capaces, cómo abordan la resolución de problemas, cómo emplean su tiempo, cómo interactúan con los demás y, lo que es más importante, qué les interesa. Cuanto más observe, más hábil se volverá.
4. Experimente
Pruebe nuevas ideas, materiales y métodos. Sin embargo, siempre tenga en cuenta que estas innovaciones deben ser: utilizables; relacionado con el propósito de la capacitación; consistente.
5. Analizar
La autorreflexión siempre conduce a la mejora. Después de una lección, conferencia, reunión, pregúntese: ¿qué fue efectivo, qué estuvo mal, qué podría haber hecho de manera diferente? No se preocupe si algo no funciona como estaba planeado al principio. La autorreflexión te ayudará a encontrar debilidades y superarlas.
6. Desarrolle una mentalidad de crecimiento
Para obtener más información sobre la mentalidad de crecimiento, hablamos en este artículo…. Pídale a otros maestros que compartan sus fortalezas, debilidades y áreas de crecimiento. Esta información puede ser difícil de obtener por dos razones: las personas no siempre pueden ofrecer críticas constructivas y no siempre están dispuestas a aceptarlas. Pero cuantos más comentarios recopile sobre su trabajo, más rápido mejorará su práctica docente. Recuerde que su proceso de aprendizaje no termina cuando se gradúa. Concéntrese en mejorar un área de estudio. Elija un área que despierte su interés y en la que desee continuar desarrollándose.
7. Respeta a tus estudiantes
La enseñanza está plagada de problemas y frustraciones. Cuando enseñamos, trabajamos con personas y debemos entender que los niños y los adultos acuden a nosotros con necesidades y antecedentes individuales. Por tanto, el respeto por cada alumno no es deseable, sino necesario. Al comunicarse, especialmente con los niños, trate de estar atento a las palabras, el lenguaje corporal y las expresiones faciales. Todos merecen venir a la escuela y sentirse aceptados.
8. Sea positivo
Encuentra alegría en todos los días. En días largos y difíciles, absorba los momentos que los escolares y estudiantes le brindan compartiendo su alegría e interés por aprender. Busque estos momentos. Es fácil obsesionarse con los problemas y preocuparse por las cosas que le gustaría hacer de manera diferente. El humor puede ayudarte a lidiar con la obsesión por estas experiencias.
9. Prepárese para improvisar y sea flexible
Siempre tenga un plan de respaldo. Nunca sabes lo que puede pasar. Los planes de las lecciones no siempre salen como usted desea, ni tampoco las conversaciones con los estudiantes, padres u otros maestros y líderes. Prepare siempre materiales, juegos y cuestionarios adicionales. Tu trabajo es cambiar lo que puedas y encontrar momentos de aprendizaje en cualquier actividad.
10. Sea usted mismo
A medida que conozca a sus alumnos y estudiantes, déjeles que aprendan más sobre usted. Cuéntanos sobre ti, tus intereses y aficiones. No temas sonar demasiado serio y aburrido o viceversa. Los estudiantes agradecerán su sinceridad.
Conclusiones
Tu primer año en la universidad será como subir a una montaña rusa. En el camino, es posible que se sienta asustado, ansioso y deprimido.
Definitivamente te preguntarás por qué estás participando en esta atracción. A pesar de las emociones encontradas que experimentará, definitivamente querrá volver a montar en este tobogán.